Karla I. Araujo Millån
Recuerdo que se fue después de decirle que no la amaba. Se termino su perfección, esa que yo creía en ella y tanto alababa. Hoy no se donde está y si después de mis palabras sepulte ese amor incondicional que sentía por mi y ahora se que nadie tendrá.
Han pasado los días, los meses y los años. Jamás he sabido de ella. Pero, si se de su sonrisa que se quedó grabada en mi memoria, de su amor, su ternura, sus locuras que a veces me volvieron loco hasta la desesperación y la hacían ser tan ella, del aroma de su cuerpo que preparaba solo para mi y que mi memoria olfativa añora.
Hoy postrado en esta infinita nada desearía mirar sus ojos para pedirles perdón, por ser tan egoísta y mentiroso. Decirle que todos me mienten, me traicionan y ahora se de aquel sentir. Que entiendo su hastío y porque un día se cansó de todo lo que éramos. Ella se enterró en el olvido y colocó a esa versión que me amo flores y se marchó. Ella dejo de existir para mi, sin embargo, hoy enmedio de la soledad y el mundo habita en mi memoria, mientras me hundo en mi inexistencia. Viviendo sin vivir.
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