31/3/09

Siempre te voy a extrañar...


Oda a mi gata

La miraba suavemente
mi conzuelo era mirar
era tan sueve, tan blanca,
como la espuma del mar.

Su enfermedad progresaba
yo solo me lamentaba:
¡Ay mi vida! ¿qué pasará?

Un día la luna
dejo de brillar,
pues mi alma en pena
no deja de lamentar
la historia de mi gata
que bajo tierra ya está...

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